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I attended a retreat and I converted… am I an authentic catholic now?

People are often invited to a spiritual retreat to have an encounter with the Lord. Many people, especially males, put up resistance because they think they don't need a retreat, arguing that it's a women's thing, or for people who have nothing to do.

When a person agrees to attend a spiritual encounter and manages to make a connection with God, that person recognizes his/her wrongdoings, begins a path of conversion. They begin the purposes, projects, the spirit of wanting to share explodes like a volcano, generosity is in everyone's sight.

At this stage there is a very great danger that I have mentioned before, it is to think that the person is already converted and, above all, seeing that not everyone who is already part of the church bear bad testimony, they quickly lose their spirits and give a step back. Many people do not want to know anything about the Church, they return to their old life, their vices, harming themselves and their loved ones, often without realizing it.

What happened? The answer is simple. It is a reality that the person experienced a process of conversion, but did not achieve the transformation. We must be aware that conversion is a time to invest in the Spirit. This means that it will take years to achieve transformation, change vices for virtues, and that takes a lot of time to achieve a comprehensive transformation. No one can transform himself/herself. Christ left us such a great treasure that I invite you to get to know.



Asistí a un retiro y me convertí… ¿Ya soy un verdadero católico?

Con frecuencia se invita a las personas a un retiro espiritual para tener un encuentro con el Señor. Muchas personas, sobre todo varones, ponen resistencia porque piensan que no necesitan de un retiro, argumentando que es cosa de mujeres, o para la gente que no tiene nada que hacer.

Cuando una persona accede a asistir a un encuentro espiritual y logra hacer conexión con Dios, reconoce sus malas acciones, comienza un camino de conversión. Comienzan los propósitos, proyectos, el ánimo de querer compartir explota como un volcán, la generosidad está a la vista de todos.

En esta etapa hay un peligro muy grande que, ya con anticipación lo había mencionado, es la de pensar que ya está convertido o convertida la persona y, sobre todo, al ver que no todos los que están dentro de la iglesia, dan mal testimonio, pierden rápidamente el ánimo y dan marcha atrás. Muchas personas no quieren saber nada de la Iglesia, vuelven a su antigua vida, a sus vicios, dañándose a sí mismos y a sus seres queridos, muchas veces sin darse cuenta.

¿Qué es lo que sucedió? La respuesta es sencilla. Es una realidad que la persona experimentó un proceso de conversión, pero no logró la transformación. Debemos estar consientes que la conversión es un tiempo para invertir en el Espíritu. Esto significa que se tendrá que invertir en años para lograr la transformación, cambiar los vicios por virtudes y para eso se requiere mucho tiempo para lograr una transformación integral. Nadie puede transformarse a sí mismo. Cristo nos dejó una riqueza tan grande que te invito a que conozcas.

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